Las televisiones autonómicas cumplen una función que va más allá de la información o el entretenimiento. Aunque estos sean aspectos importantes dentro de la programación, las televisiones autonómicas tienen siempre en perspectiva que una de sus razones de ser es la transmisión de la cultura y las costumbres de su comunidad, y en cierto modo, actúan como garante de que estas no se pierdan dándoles una visibilidad que de otro lado, no tendrían.
En el archipiélago canario opera desde 1999 la televisión autonómica, conocida hoy en día como Televisión Canaria, cuya sede se encuentra en Santa Cruz de Tenerife.
Sin embargo, esta labor de reflejar la idiosincrasia de las islas y sus habitantes viene siendo cada vez más dificil para la televisión canaria por los continuos recortes presupuestarios a los que viene haciendo frente a lo largo de los últimos años, y que han tenido un reflejo en la caída de las audiencias.
Desde 2008 hasta la actualidad, el presupuesto de Televisión Canaria se ha reducido desde los 61 millones de euros, a menos de 28. Esto, como es normal, ha afectado a la calidad de los contenidos, y consecuentemente a las audiencias, por lo que para los anunciantes también resulta menos interesante. Se crea así un círculo vicioso que ha llevado a la Televisión canaria, que en pasados años llegó a tener audiencias del 10%, a encontrarse en una situación de crísis.
Ante esta tesitura, muchas televisiones locales han tratado de ocupar ese hueco intentando realizar esa labor de cohesión que tradicionalmente se asignaba a las autonómicas. De hecho hoy en día gran parte del sector audiovisual canario recae en estas emisoras, que además han formado una asociación para poder tener más fuerza.
Sumando televisiones, radios y productoras, el sector auduivisual en las islas canarias da empleo a más de 3000 personas de forma directa y a otras 5000 de forma indirecta, y su impacto en la economía de la comunidad se estima en unos 10 millones de euros.
Tanto si la grave situación económica de la Televisión Canaria se soluciona, como si finalmente son las televisiones locales quienes toman el relevo, lo cierto es que los habitantes del archipiélago no quieren renunciar a contar con unos medios de comunicación que expongan de manera cercana su realidad. Una realidad condicionada por la lejanía geográfica de la península y que resulta en una cultura propia de la que los canarios se sienten orgullosos.